De origen radical, integrante de la mesa de conducción de La Cámpora hace más de una década, Mayra Mendoza se convirtió en el último tiempo en uno de los principales alfiles de Cristina Kirchner y asumió un rol preponderante en la feroz pelea en el peronismo bonaerense, en defensa de la ex presidenta y también en el ataque a Axel Kicillof y a intendentes alineados con el gobernador, principalmente a Jorge Ferraresi.
Miembro de la organización conducida por Máximo Kirchner desde su creación, fue diputada nacional entre 2011 y 2019, año en el que se convirtió en la primera mujer en gobernar el municipio de Quilmes al derrotar a Martiniano Molina, que buscaba su reelección. En 2023 volvió a imponerse ante el propio Molina.
Antes de ser diputada había sido asesora del senador radical José Eseverri, lo que la acercó al espacio Compromiso K, y gerente de Relaciones Institucionales de la ANSeS. Fue pareja de José Ottavis, en aquellos años otro de los integrantes de la mesa de conducción de La Cámpora. Entre sus tatuajes aparecen los rostros de Néstor Kirchner y Eva Perón.
En la previa a este cierre electoral, la intendencia de Quilmes quedó involucrada en la investigación por el escrache a la casa del diputado nacional libertario José Luis Espert. Eva Mieri, concejal y mano derecha de Mendoza, fue detenida -luego liberada- y fue procesada. En el ataque, con bosta de caballo en el frente de la vivienda, habría participado un auto vinculado al municipio.
Mieri quedará a cargo de la intendencia a partir de diciembre, si se confirma el anuncio de Mendoza de que su candidatura a diputada provincial no será testimonial. “Poniendo siempre por delante el trabajo colectivo como aporte a un proyecto político, volveré a una banca legislativa en un contexto distinto al que me tocó en el año 2011”, posteó este lunes, luego de que quedara confirmada su postulación en la Tercera Sección, detrás de Verónica Magario y Facundo Tignanelli.
“Cristina es nuestra candidata proscripta”, adelantó en esa publicación la centralidad que le dará a su líder política durante la campaña, en la que deberá convivir con Kicillof y parte de los intendentes que resistieron la propuesta del kirchnerismo de que encabezara la boleta de la sección. Con el gobernador y con Ferraresi, jefe comunal de Avellaneda, se enfrentó públicamente.
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